Enseñanzas dolorosas del golpe criminal en Bolivia
ENSEÑANZAS DOLOROSAS DEL GOLPE CRIMINAL EN BOLIVIA
TERCERA PARTE
DEMOCRACIA: DE LA PALABRA AL CONCEPTO
En la segunda parte de estas enseñanzas, a la cual titulé “LAS PALABRAS SIGNIFICAN LO QUE ORDENA EL AMO”, postulé que las palabras están más determinadas por el poder que por la significación que les atribuye el diccionario.
El golpe en Bolivia pone sobre el tapete que hay definitivamente distintas acepciones acerca de qué entender por “golpe de estado”, por “instituciones”, por “república”, por “democracia”.
En nombre de las “instituciones o de la república o de la democracia” se puede dar un golpe de estado, acto que por definición es contrario a las instituciones, a la república y, sobre todo, a la democracia.
Es decir, se las toma como palabras a las cuales el Amo, vía los golpistas, impone el significado arbitrario que le viene bien para justificar su delito.
No uso arbitrario en este caso en el sentido correcto que lo acuñó Saussure, sino en su sentido político: como sentido librado al arbitrio del Amo o del déspota.
Esto pone sobre el tapete que definitivamente la acepción DEMOCRACIA debe pasar de la palabra, ya tan manoseada, al CONCEPTO científico.
DEMOCRACIA ES GOBIERNO DEL PUEBLO, tal como fue acuñada por los antiguos griegos, más allá de las limitaciones que los helenos tenían y que ya conocemos. No voy a detenerme en eso.
Voy a centrarme en que, si es el gobierno del pueblo, debemos definir qué es pueblo.
Sobre qué entender por pueblo he producido bastante y publicado mucho. Pueden verse textos de mi autoría en rubenrojasbreuelaula.blogspot.com
PUEBLO es la población políticamente culturalizada y organizada,
– que se articula intrínsecamente al mismo tiempo con la nación y con los trabajadores, en tanto fuerza potencialmente revolucionaria,
– se diferencia de la masa (o de la “gente”)
– y se define en franca oposición con el despotismo, cuyas variantes son las oligarquías locales, el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo.
Por lo tanto,
– los sectores que se dicen “apolíticos” o los que se apoyan en doctrinas ajenas a la política, como los cultos religiosos
– los que se oponen a los intereses nacionales y de los trabajadores
– los que adhieren a las élites, oligarquía, colonialismo e imperialismo
NO FORMAN PARTE DEL PUEBLO.
Por lo tanto, están fuera de la DEMOCRACIA, más allá de que lleguen a gobernar por medio de la manipulación electoral o por el uso de la fuerza.
Si gobiernan los déspotas, NO HAY DEMOCRACIA.
Incurrir en la lírica y antojadiza versión formal burguesa de democracia termina llevando al “todo vale” y a legitimar lo ilegítimo, hasta el gravísimo desemboque en dictaduras visibles como tales o disfrazadas de “institucionalismo”.
Fraternalmente, Rubén Rojas Breu