Política

La charla y el debate político en la era de la posverdad: Los modelos de la verdad y la posverdad

La charla y el debate político en la era de la posverdad: Los modelos de la verdad y la posverdad[1]

Sigue al alza el discurso de odio en redes sociales – Afroféminas

Análisis de los dos modelos

En la “era de la posverdad” es necesario saber que las charlas y debates políticos se pueden desarrollar en el marco de dos modelos diferentes de la verdad:

  • El modelo de la posverdad
  • El modelo de la verdad

En la mayoría de los casos nos van a plantear, casi como algo natural, el “modelo de la posverdad”, que es el imperante, no sólo en nuestro país, sino en el mundo. ¿Por qué es el imperante? Sencillo, porque es una expresión de la “cultura dominante”, la cultura creada e impulsada por la oligarquía global y las oligarquías locales asociadas a ella. Lo que nosotros denominamos en nuestro país: “bloque de poder oligárquico” (la única y verdadera “casta”)[2].

No obstante, en dicha circunstancia, nosotros, los que hemos realizado la opción por la patria y el pueblo (identidad política) tenemos la posibilidad de establecer otro escenario, podemos poner en juego el “modelo de la verdad”. Es claro que, en este caso, por supuesto nadaremos contra la corriente. Pero, aún nadando contra la corriente, si estamos decididos a transformar la realidad, podemos ir logrando avances.

Como uno de nuestros principales objetivos es promover la formación de educadores y educadoras políticos populares, debemos, en primer lugar conocer muy bien los dos modelos. Tanto para criticar el de la “posverdad”, cuanto para enseñar el de la “verdad”.

Modelo de la posverdad

Estas son las características de este modelo:

  • El debate es sin condiciones.
  • Se da en “forma exclusiva” en el marco de la confrontación partidaria (que nosotros denominamos “dimensión inmanente de la política”). Por lo tanto, hay una importante descontextualización porque desaparece el contexto del “poder real (“dimensión trascendente de la política”), que es decisivo para comprender en forma crítica la realidad política.
  • La verdad dejó de ser una aspiración y un referente
  • Predominan las falsas noticias (fake news),
  • No existe la argumentación probatoria,
  • Se desprecian los datos objetivos, lo que se traduce en una actitud continuamente “negacionista”,
  • Se desprecian los criterios científicos de argumentación,
  • Se debate con la intención de aplastar al adversario, lo que es completamente coherente con la política de la “posverdad”. El enriquecimiento mutuo que posibilitan los buenos debates, está totalmente ausente.
  • Este modelo comenzó a adquirir una creciente preponderancia con la exponencial concentración de los medios masivos de comunicación y el impresionante desarrollo de las redes sociales, obviamente dominadas por el bloque de poder oligárquico, que dieron lugar al nacimiento de la “era de la posverdad”. Hay un gran evento que inaugura esta era, la Guerra de Irak propiciada por los Estados Unidos, con la excusa, convertida en “fake news”, de que Irak poseía “armas de destrucción masiva”, lo que resultó ser una absoluta mentira. Está claro que el “modelo de la posverdad” promueve la dependencia respecto de la geopolítica de Washington.
  • Este modelo predomina en la gran mayoría de los “vivos” de las redes sociales. El análisis de dichos “vivos”, nos va a servir para comprender en profundidad la inutilidad de dichos debates.

Modelo de la verdad

Estas son las características de este modelo:

  • Requiere establecer las condiciones del debate, que son:
  • Establecer el marco de las “identidades políticas”, no partidarias,
  • Restaurar el contexto del “poder real” (bloque de poder oligárquico),
  • Restaurar el contexto de la “política” como factor determinante del cambio,
  • Valorar la verdad (no como posesión, sino como referente),
  • Valorar los hechos objetivos,
  • Valorar los criterios científicos de argumentación.

La “identidad política”, que debe ser el fundamento de la “identidad partidaria”, y la restauración de los contextos, son una condición clave para desarrollar debates realmente enriquecedores. Es importante saber, además, que la “descontextualización” es una de las principales estrategias usadas por el bloque de poder oligárquico para manipularnos y construir “opinión pública enajenada”.

  • La verdad es un referente clave de la investigación y el debate,
  • La argumentación se fundamenta en hechos objetivos y criterios científicos,
  • Este modelo entró en crisis a partir de la concentración de los medios masivos de comunicación y el desarrollo tecnológico de las redes sociales (macro datos –Big data- gestionados mediante algoritmos de inteligencia artificial). Tanto los medios de comunicación hegemónicos cuanto las redes sociales, ambos bajo el dominio de la oligarquía, promovieron, y lo siguen haciendo, un descenso educativo-cultural general en las sociedades. Es obvio que la manipulación subjetiva de las poblaciones tenga como resultado un hundimiento de la educación y la cultura. Y uno de los más claros ejemplos está en la crisis del paradigma de la lectura, Fahrenheit 451 hoy no tendría sentido. En la década de los setenta, hubo listas negras de libros, entre los que estaban Paulo Freire y Eduardo Galeano, se quemaron libros y los que estudiábamos en ese entonces teníamos que ir a las bibliotecas a leerlos. Hoy están los libros, porque no hay que ir a las bibliotecas y están en la Web, pero no se leen. Ya no hacen falta las listas negras de libros. Tengamos en cuenta que la lectura es un ejercicio esencial para elevar la educación, el espíritu crítico y cultura de las sociedades.
  • Este modelo es, obviamente, el contrario al de la “dependencia” respecto de la geopolítica de Washington, cuyo interés es que no nos desarrollemos y los pueblos no se empoderen. para lo cual la política debe posibilitar el triunfo de los partidos y alianzas del bloque de poder oligárquico. Ante esta realidad, el modelo de la verdad es, sin duda, una expresión liberadora.

Cómo establecer las condiciones del debate

Antes de explicitar las seis condiciones, es importante señalar que no es conveniente entrar a hablar, discutir o debatir de política en situaciones donde no se han establecido las condiciones que vamos a señalar a continuación. ¿Por qué? Es sencillo, porque sin estas condiciones el debate político, irremediablemente se encaminará a las chicanas (recordar la estrategia de la descontextualización usadas por los dominadores) y al enfrentamiento para ver quién gana, lo que echa por tierra el verdadero objetivo de las charlas y debates de política, sobre todo entre los que conformamos el amplio campo popular, que debe ser la elevación del nivel de alfabetización política de los ciudadano y ciudadanas. Debemos huir de los debates chicaneros, no sólo porque no nos conducen a ningún lado, sino porque, en ellos, perdemos el norte de nuestra lucha. Veamos las condiciones, que son indispensables y que debemos establecer para aceptar debatir. Si nuestros interlocutores, después de explicárselas las aceptan, debatimos. Pero si no las aceptan, lo más conveniente es no debatir.

Estas condiciones son muy útiles para instalar la discusión y el debate político en nuestro cotidiano, en nuestra familia, en las reuniones de amigos, en las charlas en el trabajo, en una palabra, para darle vida a la idea de que hablar de política no tiene por qué conducir a peleas y enemistadas, sino todo lo contrario, debe servirnos para promover y multiplicar la formación política que tanta falta nos hace y, sobre todo, lograr la “unidad” del amplio campo popular.

Finalmente, sobre las charlas y debates en las redes sociales, donde predominan el “discurso del odio” y los trolls, debemos saber que los que adhieren a estos discursos, que no son pocos, no van a aceptar nuestras condiciones, incluso hasta se van a burlar de ellas. Por eso, sería un error intentar algún tipo de diálogo con ellos. No obstante, el espacio de las redes sociales es un terreno a disputar con estrategias que deberemos ir descubriendo.

Como vimos son seis las condiciones:

  1. Establecer el marco de las “identidades políticas”, no partidarias,
  2. Restaurar el contexto del “poder real” (bloque de poder oligárquico),
  3. Restaurar el contexto de la “política” como factor determinante del cambio.
  4. Valorar la verdad (no como posesión, sino como referente),
  5. Valorar los hechos objetivos,
  6. Valorar los criterios científicos de argumentación.

Vamos a explicarlas una por una:

1.Establecer el marco de las “identidades políticas”, no partidarias,

En primer lugar, es muy importante comunicarle a nuestros interlocutores que nosotros debatimos a partir de las “identidades políticas”, y no de las “identidades partidarias”.

Esto no quiere decir que nosotros neguemos las identidades partidarias que, al momento de votar, las asumimos plenamente. Vale aclarar también, que al momento de elegir nuestros representantes, las ofertas partidarias nunca son ideales, por lo que tenemos que elegir “lo mejor de lo que hay”, es decir, el partido o frente que más se acerque a los fundamentos de nuestra identidad política. Pero, en la charla y el debate, la confrontación partidaria tiene que, necesariamente, quedar afuera. ¿Por qué debe quedar afuera? Es simple, porque la disputa partidaria divide y fragmenta el amplio campo popular. ¿Cómo y por qué lo divide y fragmenta? Sencillamente, porque el amplio campo popular tiene un único enemigo, el bloque de poder oligárquico. No son nuestros enemigos los que, por su condición socio-económica pertenecen al amplio campo popular y votaron a Milei o a Patricia Bullrich.

Ahora bien, ¿cómo se define la “identidad política” (que también podríamos denominarla “identidad ideológica”)?;

La identidad política es el resultado de la opción por la “patria” y el “pueblo”, lo que significa defender a ultranza los intereses y valores de la nación, así como los intereses y valores del pueblo. Y este es, precisamente, el momento de preguntarles a nuestros interlocutores si ellos han realizado la opción por la patria (nación) y el pueblo, compuesto este último por los ciudadanos y ciudadanas que conforman el amplio campo popular. ¿Quiénes conforman el amplio campo popular? Los trabajadores formales e informales, los docentes de todos los niveles, los profesionales, los pequeños y medianos empresarios y los pequeños y medianos comerciantes.

La identidad política es un parte aguas, porque, en el marco de la contradicción principal oligarquía pueblo, que es la evidencia de donde partimos, todos los que conformamos el amplio campo popular quedamos en un misma vereda, la de la patria y el pueblo. Y, por lo tanto, reconocemos el mismo enemigo, el bloque de poder oligárquico. Esto promueve, sin duda, la “unidad” del amplio campo popular.

2.Restaurar el contexto del “poder real” (bloque de poder oligárquico),

La evidencia de la contradicción de intereses y valores entre el bloque de poder oligárquico y la patria y el pueblo, nos permite entender que en el debate debemos “restaurar” el contexto del “poder real”. ¿Por qué? Porque el “poder real” (el bloque de poder oligárquico) tiene una influencia decisiva en la realidad política. ¿Cómo se manifiesta dicha influencia? Es sencillo entenderlo, el “poder real” (el bloque de poder oligárquico) promueve y apoya a los gobiernos de la derecha neoliberal, es más, los partidos y alianzas de la derecha neoliberal salen prácticamente de su riñón, ya que tienen el poder para elegir y promocionar a sus candidatos, financiarle las campañas, apoyarlos de diferentes maneras y defenderlos a ultranza.

No ocurre lo mismo, con los partidos y frentes de sesgo nacional y popular, porque aquí los gobiernos de este signo son boicoteados y desestabilizados, incluso, antes de asumir el gobierno. Los presionan con su enorme poder, los boicotean y los desestabilizan, por ejemplo, con corridas bancarias que los obligan a devaluar la moneda, lo que genera inflación, etc.

Esta es la razón por la cual, los resultados de los gobiernos de la derecha neoliberal, no pueden medirse con la misma vara que los de los gobiernos de sesgo nacional y popular.

Pero fijémonos que en la mayoría de los debates políticos se lo hace. se dice, por ejemplo, el gobierno de Alberto tenía una inflación del 200% anual y dejó un 40 % de pobres, etc. en los gobiernos de cristina aumentó la pobreza, lo que es falso, pero se lo usa como argumento.

Se están comparando todo el tiempo los gobiernos de cristina y de Alberto, con los de Macri y Milei, sin tomar en cuenta la influencia decisiva del “poder real”, que, por supuesto siempre apoya a los gobiernos de la derecha neoliberal y boicotea y desestabiliza todo el tiempo a los de sesgo nacional y popular.

Y fijémonos, también, que la gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas sólo conoce el contexto de la disputa partidaria, ignorando completamente al “poder real” como un contexto decisivo para leer en forma crítica la realidad política.

Entender la realidad política sólo en el marco de la confrontación de partidos propia de la democracia liberal, sin considerar el papel decisivo del bloque de poder oligárquico, es uno de los indicadores más importantes para medir el nivel de ignorancia política de los ciudadanos y ciudadanas que conforman el amplio campo popular[3].

Es claro que esta “descontextualización”, que está naturalizada en gran parte de la ciudadanía, fue y es promovida por el bloque de poder oligárquico.

3.Restaurar el contexto de la “política” como factor determinante del cambio.

Las charlas y debates políticos suelen, no pocas veces, reducirse a la confrontación de teorías económicas, cuyo supuesto es que la economía es un factor determinante del cambio. Esto es un error, el único factor determinante del cambio es “la política”. Por eso decimos que los proyectos políticos son los que le dan el sentido a las teorías y enfoques económicos. La derecha neoliberal pondrá en juego teorías y enfoques económicos de apuntalamiento de las políticas de mercado, esto es, “desreguladoras”, mientras que los gobiernos de sesgo nacional y popular, a su vez, podrán en juego teorías económicas basadas en la “regulación” del “mercado” por parte del Estado. Sin ninguna duda, las empresas privadas son muy importantes para generar riqueza, pero deben estar reguladas por un Estado fuerte apoyado e incidido por un pueblo empoderado. De no ser así, las empresas y corporaciones, cuyo principal objetivo es maximizar las ganancias, impondrán una distribución de la riqueza muy perjudicial para el pueblo. Justamente lo que estamos viviendo hoy en nuestro país.

Que nos quede claro que el único factor determinante del cambio, de la transformación social y económica, es la “política”. Por eso, es fundamental “restaurar” el contexto de la política como factor determinante del cambio. ¿Por qué afirmamos esto último? Porque nos encontramos con análisis y debates en los que se confrontan teorías y enfoques económicos, cuyo supuesto es que las soluciones para los países son de esa índole, económicos, cuando lo central e importante son los proyectos políticos que le dan sentido a dichos enfoques de la economía. Lo que debemos debatir siempre son proyectos políticos y no teorías y enfoques económicos.

Ahora bien, tenemos que saber que sólo hay dos proyectos políticos posibles para la Argentina y los países de nuestra región: 1) El nacional y popular, encarnado en la Argentina históricamente por el movimiento peronista y 2) El de la derecha neoliberal, que responde a los intereses de la geopolítica de Washington. No hay más. Por eso, la opción está clara.

4.Valorar la verdad (no como posesión, sino como referente),

En la era de la posverdad, es obvio que la “verdad” no es referente para nadie. Pero debatir sin el referente de la verdad es el ejercicio más inútil y frustrante que podamos imaginar. Acá debemos aplicar el pensamiento de Aristóteles: “Soy amigo de Platón, pero más amigo de la verdad”. La “verdad” tiene que ser el faro que nos guíe. ¿Cómo puede sostenerse un debate que no esté guiado por la búsqueda de la “verdad”? Más que un debate sería una de las peores farsas que podamos imaginar.

5.Valorar los hechos objetivos,

Cómo van a valorar los hechos objetivos quienes llenan sus argumentos de “fake news”, es ilógico, ¿no les parece? Sin valorar, es más, sin respetar los hechos objetivos, los debates, como señalamos en el punto anterior, se convierten en verdaderas farsas. Por eso, es condición del debate aceptar la necesidad de valorar los hechos objetivos.

6.Valorar los criterios científicos de argumentación.

Y si las argumentaciones no se fundamentan en criterios científicos, los debates se convierten en una inútil guerra de chicanas que no llevan a ninguna parte. Los criterios científicos nos permiten refutar los falsos argumentos, como, por ejemplo, “tomar la parte por el todo”, cuando se pretende, mediante la manipulación mediática y en las redes sociales, que la ciudadanía crea que el peronismo y el kirchnerismo son la “fiesta de Olivos de Alberto”, “los yates de Insaurralde” y algunos eventos de corrupción vernácula que acontecen en todos los gobiernos. Pero la corrupción estructural, la corrupción cipaya, que nunca fue propia del peronismo y el kirchnerismo, como ocurre con la “Ley Bases”, es cuidadosamente ocultada para que nadie la vea.

La ciencia procede mediante la elaboración de teorías y sus categorías de análisis, cuyo objetivo es “explicar” la realidad, en este caso la realidad política, pero que deben ser confirmadas por dicha realidad. Si la realidad no confirma la teoría, el procedimiento científico es “revisar” la teoría. En nuestro caso, las teorías requieren de una base empírica que nos permita confirmarlas. Si la realidad, la base empírica, no la confirma, entonces nuestra teoría no es buena y debemos reformarla o desecharla.

Nosotros elaboramos la “Teoría de la contradicción principal como fundamento de la lucha política”. Esta contradicción que denominamos “principal”, expresa la oposición entre los intereses del bloque de poder oligárquico y los de la patria y el pueblo. Nos muestra cómo de dicha contradicción se deduce todo lo que tenemos que saber para elevar nuestro nivel de alfabetización política.

En síntesis, si queremos que el debate valga para algo, debemos aceptar las seis condiciones señaladas, que son las que se requieren para lograr debates políticos verdaderamente enriquecedores y formativos y que nos permitan comprometernos y participar en las luchas para transformar nuestra sociedad.

Bibliografía:

Lens, José Luis (2022) La alfabetización política del soberano. Buenos Aires: Editorial Autores de Argentina.

José Luis Lens

9/5/224

  1. Es importante señalar que las entrevistas de “Sergio en la calle”, conforman la “base empírica” que sostiene esta reflexión teórica.
  2. La “casta “no son los políticos, como sostenía Javier Milei en su campaña electoral y todavía pretende que lo creamos, sino la oligarquía, el bloque de poder oligárquico. Esa es la verdadera “casta”.
  3. Esto es lo que comprobamos en la mayor parte de las entrevistas de “Sergio en la calle”.

 

José Luis Lens

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Actualmente, Profesor Titular de la Cátedra de Educación Popular en la FCH-UNCPBA y Profesor Adjunto de Ciencias Políticas en la UBA-CBC.

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